Las características fundamentales del siglo XIX (1801–1900)
son sus fuertes cambios. La ciencia y la economía se retroalimentarían, el
término "científico", acuñado en 1833 por William Whewell,1 2 sería
parte fundamental del lenguaje de la época; la economía sufriría dos fuertes
revoluciones industriales, la primera acaecida entre 1750 y 1840, y la segunda
entre 1880 y 1914. En política, las nuevas ideas del anterior siglo sentarían
las bases para las revoluciones burguesas, revoluciones que se explayarían por
el mundo mediante el imperialismo y buscaría alianza con el movimiento obrero
al que, para evitar su triunfo, le cederían el sufragio universal; en
filosofía, surgirían los principios de la mayor parte de las corrientes de
pensamiento contemporáneas, corrientes como el idealismo absoluto, el
materialismo dialéctico, el nihilismo y el nacionalismo; el arte demoraría en
iniciar el proceso de vanguardización pero quedaría cimentado en movimientos
como el impresionismo.



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