El siglo XX fue el período comprendido entre el 1 de enero
de 1901 y el 31 de diciembre del 2000. Fue el décimo y último siglo del II
milenio. No debe confundirse con la centena de años conocida como centuria de
los 1900, que comenzó el 1 de enero de 1900 y terminó el 31 de diciembre de
1999. Se caracterizó por los avances de la tecnología; medicina y ciencia en
general; fin de la esclavitud en los llamados países desarrollados; liberación
de la mujer en la mayor parte de los países; pero también por crisis y
despotismos humanos en forma de regímenes totalitarios, que causaron efectos
tales como las Guerras Mundiales; el genocidio y el etnocidio, las políticas de
exclusión social y la generalización del desempleo y de la pobreza. Como
consecuencia, se profundizaron las desigualdades en cuanto al desarrollo
social, económico y tecnológico y en cuanto a la distribución de la riqueza
entre los países, y las grandes diferencias en la calidad de vida de los
habitantes de las distintas regiones del mundo. En los últimos años del siglo,
especialmente a partir de 1989-1991 con el derrumbe de los regímenes
colectivistas de Europa, comenzó el fenómeno llamado globalización o
mundialización.
Al hacer balance de esta centuria, Walter Isaacson, director
gerente de la revista Time declaró: “Ha sido uno de los siglos más
sorprendentes: inspirador, espantoso a veces, fascinante siempre”. Según Gro
Harlem Brundtland, ex primera ministra de Noruega, también ha recibido la
denominación de “siglo de los extremismos, [...] en el que los vicios humanos
han alcanzado niveles abismales”. En su opinión, se trata de “un siglo de
grandes progresos [y, en algunos lugares,] crecimiento económico sin
precedentes”, si bien las zonas urbanas míseras afrontaron un lúgubre panorama
de “hacinamiento y enfermedades generalizadas vinculadas a la pobreza y al
ambiente insalubre”.
En los albores del siglo XX, la dinastía manchú de China, el
Imperio otomano y varios imperios europeos controlaban gran parte del mundo.
Tan solo el Imperio británico dominaba una cuarta parte del planeta y de sus
habitantes. Mucho antes de finalizar el siglo, tales imperios habían quedado
relegados a los libros de historia. “Para 1945 —indica The Times Atlas of the
20th Century— había terminado la era del imperialismo.” Al final del siglo,
tras la disolución de la Unión Soviética, el primer y mayor estado socialista,
los Estados Unidos de América quedaron como única superpotencia mundial.



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